Además, hemos cruzado el Golden Gate Bridge hasta el otro lado de la Bahía y vuelta. La niebla, iba y venía, y en cuestión de minutos e incluso segundos llegaba a cubrir alguna de las dos torretas que sustentan el puente. Aún así, y teniendo en cuenta el frío que hacía (sí Na, prepara el polar), el paseo es de los de recordar.
El día lo hemos terminado en el Golden Gate Park, una zona de esparcimiento con campos de football, de golf, lagos, barquitas, invernaderos, museos... vamos una auténtica gozada para disfrutar de ello, si vivieras aquí claro. Nos hemos conformado con pasear un rato y visitar los Japanese Tea Gardens, que tan bien cuidados tienen, con sus pagodas y demás.
Y eso ha sido todo, antes de marchar al aeropuerto, para tomar rumbo al último destino de este viaje: New York. Os seguiremos informando.
Precioso, aunque qué faena la niebla...
ResponderEliminarmusus
vicen